CAPITULO
XX
OPINIÓN.- El acoso y derribo de las libertades
individuales parece ir a más con el prohibicionismo de tonalidades
populistas.- Da la sensación de los
resentidos, del populismo, los antisistemitas, los animalistas y narcisistas.- Los partidos
de los charlatanes, de la prepotencia, de la venganza, del sistema que
pague el de enfrente, de los puritanos y antimoralistas, no reflejan ni
responden a la mayoría de las voluntades ciudadanas.- Muy pocos pueden
entender, salvo los resentidos o los utópicos, donde la voluntad de las
mayorías no es un sistema completamente democrático, lo mismo que no se puede
entender que las voluntades de las minorías no representa nada.-
El orgullo, la prepotencia política, el narcisismo,
son una opinión muy personal, que casi siempre anda perjudicando al sistema
democrático, y, lo que es peor aún, al sistema económico en general.- La indignación ciudadana, la impotencia de
cuyas virtudes hemos sido ahítos en algunas legislaturas, que dejaron su
identidad, no solo personal, si no en los desequilibrios sociales, económicos,
religiosos y trascendentales.-
Los ciudadanos que tienen
que vivir del sudor de su frente no entienden el porqué de los pactos, entre
sistemas, para colocar el trasero en los sillones, para los enchufismos, las
canonjías, la colocación de intereses de amistades o familiares, el narcisismo
intolerante y orgulloso.- A quién le
toca perder siempre?, a los desafortunados que solo pueden vivir de su trabajo,
en el que tienen que sudar la camiseta, si le quitas la posibilidad de ganarlo
y lo mandas al desempleo, perviertes la convivencia y sus valores económicos y
humanos, y los sociales por añadidura, a los que tiene derecho como ciudadano.-
La
restricción de las libertades ya hicieron mella en el desarrollo cultural,
mediante sistemas populistas o equivocados.-
No se puede desarrollar un sistema medianamente justo, donde el progreso
se vive solo de los tópicos, de las utopías, del sudor del de enfrente, que significan
retroceso; la realidad es una bomba, una incógnita, un antiprogreso en defitiva.
Ese progresismo
que se instaló en los años ochenta dio sus utópicos resultados en los años noventa.-
O si se quiere miremos el progresismo que
dejó honda huella en dos mil once, del cual,
hasta la fecha ha dado grandes resultados- El progreso, tal como se lo hacen entender utópicamente
a la ciudadanía lleva siempre implícito la destrucción económica y social.