CAPÍTULO LXXXVVV
Las acusaciones en política son el pan nuestro de cada
día, porque acusar al enemigo político de algo da la sensación de que son
mensajes al tendido, den o no den, que nunca se sabe, pero que representan como
si fuera cierto.- Naturalmente, las presuntas mentiras a la ciudadanía, los
afectos que es lo que desean oir, y los desafectos que a fuerza de oírla
repetidamente, los unos se quedan en duda, y los otros se las creen por eso de
que una mentira repetida mil veces es una verdad.- Hoy, leyendo el diario SUR, me quedo pasmado,
como decía Alfonso Guerra, al leer que las mujeres en Málaga cobran sobre
cuatrocientos setenta y dos euros anuales menos que los hombres por el mismo trabajo.- Pero agárrate, hermano. que la
culpa la tiene el PP que es el que gobierna con mayoría la ciudad.-
No hay que preguntar quién hace esta promonición globo
sonda, ya que no especifica en qué trabajos existe tal diferencia de sueldos,
que aclararía una verdad presuntamente
existente.- Como conocedor de los trabajos en la Administración Local, tanto en
funcionarios como en personal contratado para servicios diversos, los sueldos
no distinguen sexos, ganan todos los trabajadores igual sean del sexo que sean,
según en el ramo que estén trabajando, en lo que respecta a los trabajadores de
un Ayuntamiento que es lo que gobierna el Partido Popular.- El resto es de la autonomía.-
Si la Comunidad está cometiendo esas discriminaciones de ingresos
por el mismo trabajo entre hombre y mujer, sería más prudente no tirar acusaciones
tergiversadas.- Acuse o no a los gobernantes
de la comunidad aunque sean los afines.-
Desde que se llegó a la democracia, los dedicados
a la política aún no se han enterado de que los votos los dan los ciudadanos por
la mejor sostenibilidad del sistema económico social y no por el fanatismo político
– salvo excepciones –, y los mensajes al tendido ganaban votos al principio, ¡que
viene la derecha¡. Pero ahora se pierden votos diciendo, ¡que viene la izquierda¡.
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