miércoles, 15 de febrero de 2017

ESPAÑA QUEBRADA


CAPÍTULO   LXVI

Todo cambia con el tiempo, las personas, las costumbres, la naturaleza, hasta los ríos cambian su curso, por ejemplo el TAJO, ese largo río que atravesaba valles y cañadas, serpenteando hondos barrancos y vaguadas, señor de profundos panoramas montañosos de los que gozaba a su paso hacia la muerte en su desembocadura en el Océano Atlántico.-  Ahora hay Ríos que se extinguen en los campos de gol o en las colmenas de rufianes y mastodónticos colosos de cemento.-  Esos ríos en los que lavaban las cebolludas labradoras o se peinaban las ninfas.-
Ese largo y viejo Tajo ahora  camina con aguas del Jarama.-  En las montañas de Cuenca, y sierras de Albarracín, nacen entre lirios y maleza el Tajo, el Guadiela, el Gabriel, el Júcar  y diversas fuentes que forman arroyos más o menos caudalosos y van a desembocar y alimentar el caudal de los ríos, donde corretean los linces y vuelan entre tanta fauna las garzas, cigüeñas y alimoches.-  Donde las nutrias y las truchas viven y se reproducen de acuerdo con la naturaleza.-
Los grandes ríos de las furibundas riadas y sonadas hazañas  se van secando y los que más ensuciando.- Nacen cristalinos e impetuosos e imprescindibles; unos tomaban hacia Portugal y otros hacia Valencia, pasando por barrancos, llanuras, caminos y ventorros, molinos y por acantilados.- En su curso regaban choperas y grandes superficies donde florecían abundantes árboles frutales hortalizas y verduras.-
Donde bebían ganados en caseríos, cortijos y pueblos y todos los seres vivos a su paso.-  Ahora, por donde pasan los envenenan, ensucian de abundante mierda y matan la fauna que crecía y se reproducía antaño en sus cristalinas aguas.-  Algunos, como el Tajo los cambian de rumbo, ya que la naturaleza decidió que sus aguas fueran al Atlántico y los políticos han decidido que vayan al Mediterráneo.



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