martes, 21 de febrero de 2017

ESPAÑA QUEBRADA



CAPÍTULO   LXXVII

Gran Congreso en el que el ‘’pablismo leninismo’’ ha prevalecido por encima de todas las alternativas de las diferentes corrientes representativas.-  Lo que no ha dicho Pablo Iglesias es algo parecido a lo que se le ocurrió a Monedero en cierta ocasión.-  Que no se preocupen los ciudadanos que será un leninismo muy suave;  gran humor del señor  Monedero, que, al menos lo toma con sorna.- De todas formas, qué más da la alta o baja intensidad del leninismo.- Las corrientes juveniles que comienzan a deambular por la política, yo recuerdo de algunos que empezaron huroneando en el comunismo y terminaron con en la corriente de Manuel Fraga.- Viceversamente, desde la corriente del señor Fraga veo alguno deambulando por la izquierda radical.
Si Fraga dijo algún día la calle es mía, por qué no lo pueden decir los podemitas algunas veces también.-  Si las organizaciones sindicales convierten algunas veces las calles en un caos de presuntos alborotos callejeros, por qué con permiso legal no pueden los podemitas.  A veces la radicalidad de una izquierda alborotadora, con deseos de llegar al poder los líderes, convierten en un caos improcedente la convivencia ciudadana, que sufre las consecuencias, por cortes de tráfico y presuntos destrozos, al mismo tiempo que la paralización de la economía es antieconómico socialmente.
Sánchez quiere acercarse a Podemos para llegar, no a recuperar los escaños y votos del socialismo, que ya es difícil por la radicalidad del partido morado donde se fueron toda la izquierda socialista, sino por recorrer el camino de La Moncloa.-  Hay sueños que son imposibles sin que alguien pague los daños ocasionados por  la  aventura.- 
El partido morado tiene ya mucha fuerza para prestarse a llevar a Sánchez a La Moncloa sin entrar al poder en coalición, repartiéndose cargos y prebendas.-  Eso es presuntamente lo que le espera a Sánchez si desea conjuntarse con Podemos para el camino hacia La Moncloa.- Nadie da algo a cambio de nada en política, porque la política es el pan de cada día.


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