CAPÍTULO CLV
El carisma tiene fuerza y esa fuerza tiene el poder de
fascinar.- Los ejemplos en España demostraron que Adolfo Suárez y Felipe
González fueron dos políticos con carisma, que arrastraron masas durante varias
legislaturas seguidas, independientemente de los resultados. Max Weber analizó
la autoridad carismática como una de las tres formas de autoridad, además de la
clásica y la racional.- En Estados Unidos también fueron presidentes carismáticos Kennedy y Clinton.- Los demás presidentes
que ha tenido España han sido forzados por las circunstancias, como lo fue en
mil novecientos noventa y seis el presidente José María Aznar, después del
progresismo de los anteriores gobiernos.-
El progresismo siguiente de gobiernos posteriores, con
más pena que gloria, con más desaciertos que aciertos, con más inexperiencia
que experiencia y con más radicalidad que ejemplos sociales, terminó como el ‘’rosario
de la aurora’’, pagando las consecuencias
de tales disparates los de siempre, los pobres.- No ha vuelto a surgir en España, después de Adolfo
Suárez y Felipe ningún político con carisma.-
En mil novecientos once subió al poder de
la presidencia nacional un político de larga trayectoria política, que había pasado
por todos los resortes del poder en España, aún sin carisma, aupado por las circunstancias
económicas y sociales, resultado de los populismos y progresismos, que algunas veces
han estado comino del abismo económico.
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