CAPÍTULO XXXVVVIII
YO
PRESIDENTE
Está duro de pelar.- Engañando a todos. Sin dar parte en el Tercer
Plan de Desarrollo.- Yo me lo guiso y yo
me lo como.- Mientras se pasa el tiempo
y llegan las próximas elecciones en junio, de paso que se intenta se hace
campaña electoral con reuniones aquí y allá, con Juan y con Pedro, con los
buenos y con los menos.- Al final ya se
verá en el último minuto del último día si alguien del ‘’trio’’ no está
dispuesto a repetir elecciones, que según las encuestas andan flojas las expectativas.
Mientras el ‘’teatrillo’’ anda
entreteniendo a los espectadores, los desprecios a expectativas se diluyen y el
sillón se aleja, los parados toman partido para las próximas que tienen buenas
posibilidades.- Los que se quedaron en
casa el veinte de diciembre de dos mil quince (20-D), se frotan las manos y
discuten sobre la vuelta a votar.- Hay
que dar ejemplo de que no se han enterado de nada los políticos.- La mayoría de progreso que sentencian los
ilusionistas sedientos de poder, está en unirse los buenos para sacar a la
ciudadanía del hoyo económico que la dejaron gobiernos anteriores, sin progresismo,
con trabajo.-
Las demagogias que se están viendo y
oyendo, las propuestas sin fondos y con un déficit a galope de caballo, con
palos en las ruedas para que no mejore.- Las negociaciones no progresan, son un engaño,
un señuelo, un desprecio a cualquiera que se presente del PP, es decir, a los votantes
del partido que lo sostienen, que en las elecciones de dos mil once fueron las tres
cuartas partes y en las del veinte de diciembre de dos mil quince algo más de la
tercera parte.- Con el desprecio de estos
ciudadanos votantes jamás se podrá reformar nada en España.
Desprecio a la tercera fuerza política en
el tripartito en embrión, mientras que para apoyar en autonomías sí era bueno, y
en algunas ciudades.- Yo Presidente al precio
que sea, mientras los ciudadanos, los pobres, los sin techo, los sin trabajo ni
perspectivas, los que tienen que ir a comer a los comedores de Cáritas, que no les
piden carnet político ni de fe, se preguntan por qué tanto daño social, Por qué
tanta avaricia.
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