CAPITILO
XXIII
EL TEATRILLO POLITICO
Después de las dos tentativas del representante
socialista para sentarse en el sillón de La Moncloa, los votos para la investidura
no llegaron más allá de ciento treinta y uno, que hasta los ciento setenta y
seis la cosa está muy fría.- La solución
bastante alarmante está en los ciudadanos que piden a gritos algo real, algo
económico, algo sensato. Algo que no haga retroceder a España a los tiempos de
Zapatero, de cuya crisis aún no hemos salido.-
Solo se les ocurre hablar de sillones, de progresistas de gobiernos de
progreso, de cambio.-
En Los mil novecientos ochenta y dos
tuvimos un cambio progresista y por entonces no había nadie parado en España,
porque estaba el Empleo Comunitario y todo el que quería trabajar – que no son
todos – tenian
trabajo diario y con el privilegio nacional de
que los fondos públicos, que son del pueblo, revertían en beneficio del mismo
pueblo y hasta en las capas sociales más desfavorecidas por la fortuna.-
Se asfaltaban calles, saneando darros,
cometidas de aguas en calles donde vivian familias pobres.- Barrios enteros en las ciudades recibieron agua
potable, darros, asfalto, aceras y barrios decentes donde se podía vivir
humanamente.- Se hicieron plazas
públicas con arboledas, bibliotecas, caminos asfaltados a bastantes anejos
donde no se podía caminar sin meterse de barro hasta las rodillas.- Donde no había aguas suficientes se sacaron
de las entrañas de la tierra y se llevaron
a pueblos barriadas y anejos.- El
Empleo comunitario de los años de Adolfo Suárez fue la salvación de dos cosas,
el paro y el desarrollo a los pobres.-
Los progresistas derogaron la ley de Empleo Comunitario y a crecer el
paro.
Por eso los pobres, los obreros, los
pensionistas de setecientos euros mensuales, los que no podemos vivir sin masticar chicle. A la voz de progreso,
progresismo, cambios de progreso, cambio de sillones e insultos que demuestran
la prepotencia y el carácter de quién los pronuncia y el desprecio a los que no
lo votan.- Ha sido curioso y muy
ilustrativo que dice en televisión que no pactarán con el PP, lo represente
quien lo represente, Rajoy u Otro, un socialista de los de pro.- Y de Sánchez no hablemos, solo rezar.- Su gran humanidad la lleva en el rostro y de
él se espera la salvación de España. Tercera etapa, si llega a producirse, del
progresismo español, el que ya estamos añorando.
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