CAPÍTULO IX
LA GRAN
DERROTA DEMÓCRATA
En USA, los demócratas Andan por las
calles, como podemitas, entre lloros y gritos enseñándole los dientes a Trump, ese hombre que surge como un
misterio de las tinieblas Republicanas, con una de cal y otra de arena, dando
palos de ciego, prometiendo levantar muros, y, sobre todo, con no muy buenos
aires para la inmigración.- Pero el
susto más gordo fue la supremacía, dejando a la señora Hilary con dos palmos de
narices, cuando todo estaba en su favor.-
La sociedad dividida, entre buenos y
malos, entre derecha e izquierda, entre el continuismo y la renovación, entre
republicanos y demócratas, entre los que están dentro y los que quieren
entrar.- La política es así, unos que no quieren salir y otros que quieren
entrar.- Yo que no soy político, me pregunto, qué gusanillo fanático tiene el
poder político, para que un juez, por ejemplo, haberlos haylos, deje la toga
por un puesto en la política, si tanto se quejan que les acusen de corrupción.
Ahora los artistas, los gais, los
cantantes, los pintores, los beodos, los antisistemas, tienen tiempo libre para
recorrer calles manifestándose, echándole piropos a Trump.- Hay que remodelar
Washington, nuevas fantasías de los sueños.-
Los que han perdido el poder se duelen de Trump y creen que se entra en
la era de lo xenófobo.´Trump, con tanto lío de diretes, ha sabido analizar a su
favor el malestar de los ocho años pasados por la democracia, castigada por la
globalización, la deslocalización y la crisis.-
En España hemos de recordar cuando Jesús Gil entró arrollando, Trump
también.
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