CAPÍTULO X X V
Todos los partidos quieren cambiar la Constitución, pero cada
uno quiere cambiar una cosa distinta, de forma que quedaría una nueva
Constitución que no valdría para nadie.-
La Constitución de mil novecientos setenta y ocho, llamada la
Constitución del concenso es para todos los españoles. Los populistas e independentistas son como
uña y carne, promueven un intento de impulsar un proceso constituyente que
finiquite, no solo la unidad del país si no la monarquía parlamentaria que los
españoles con mayoría absoluta votamos en mil novecientos setenta y ocho.
Hay que reformar, sí, algunas cosas,
que solo tienen que ver con que se adapte a los nuevos tiempos sin vaciarla del
espíritu para lo que fue creada: la UNIDAD NACIONAL.- La solidaridad nacional
entre todas las comunidades de España.- Si los reformistas pretenden buscar un
encaje con tal o cual comunidad autónoma disconforme, porque se cree superior a
las demás, no tiene encaje porque solo desea la independencia, que no está en
la Constitución.-
La soberanía reside en el pueblo
español, no en una parte de España; pero el independentismo busca
fragmentar.-Todas las Comunidades Autónomas tienen los mismos derechos y
obligaciones dentro del Estado, cuyos presuntos privilegios ya quedaron
representados en la Constitución.- La
Unidad de España solo concierne al pueblo español que es el soberano en la
Constitución.- Ni si quiera los
Gobiernos tienen la potestad, por sí solos de alterar el orden constitucional
sin prevaricar, incumpliendo las leyes.- Ilusos los que quieren engañar al
pueblo con cantos de sirena democráticos de las masas.
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