CAPÍTULO CCLV
LOS
DEBATES, LOS MÍTINES: En las campañas
electorales, los debates y los mítines -- monta tanto, tanto monta --, solo sirven para ‘’y tú más’’,
ninguneos, insultos, desprecios, reniego de, y todas las malas faenas, de las
que después algunos se tienen que arrepentir.-
No existen debates sosegados, matizados y educados; solo a cara de
perro, así, demostrando, cada cual lo que lleva dentro y, lo que lleva dentro
que es lo que ha mamado, por tanto el Gobierno que espera está claro.-
Las
encuestas luego no dicen lo que viene en realidad, demuestran los fan
partidarios y eso es lo que te espera.-
O, también las desviaciones de las acusaciones, que, con trapitos a las
lavadoras, unos parecen más limpios que otros.-
Para ser presidente se necesitan muchas cualidades, distintas,
diferentes de los partidismos.- Los
opositores siempre piensan, primero mi partido y después el pueblo soberano.-
La
Moncloa, con la que sueñan día y noche, por la que reparten besos y visitas
domiciliarias, y a la que se dedican en cuerpo y alma, caiga quien caiga, e
incluso de los mismos suyos.- Es una lucha
contra viento y marea, contra el adversario que todo vale, contra la verdad, mientras
se propaga al aire la demagogia y la utopía.- Como decía el profesor Tierno Galván, las propuestas
en las elecciones están para no cumplirlas.-
En estas
segundas elecciones en seis meses, contando que no haya unas terceras, que nada
está descartado, a Mariano Rajoy le están empujando tanto que si no sale por las
buenas le harán salir jubilado,. Igual le
pasó a Adolfo Suárez, le hicieron y le dijeron lo que no es de recibo, hasta que
se aburrió.-
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