CAPÍTULO CCLX
POR FIN
DEFINEN SU LIBERTAD DE EXPRESIÓN: Los que se dicen antisistemas, han definido
bien su libertad de expresión.- Esa presunta libertad de expresión en el idioma
antisistema no es nada más y nada menos que el asalto a los ornamentos
religiosos y sus instituciones, ya sea personalmente o en pintadas
despreciativas e insultantes.- El
desprecio a la dignidad humana por ser diferente en pensamientos o
conocimientos tradicionales.- Por atacar a las personas, físicamente e insultar
a la autoridad que los condena.-
Esta es
la generación que nos releva, dispuesta a todo con tal de llegar al poder para
desestabilizarlo desde dentro.- Por
estar en contra de las formaciones o partidos políticos por el solo hecho de
pensar diferente, por no querer acoplarse al mismo sistema de sus
antepasados.- Son actitudes que solo se
pueden buscar y ver en las autocracias, sean de derechas o de izquierdas,
sistemas absolutistas, en los que aquel
que discrepe del sistema se castiga inmisericordemente.-
La
impunidad con la que operan estos grupúsculos, amparados y defendidos por
dirigentes políticos que buscan el poder absoluto, produce ampliamente
preocupación, porque siempre suelen ser de cote extremista y radical, que
confunden la libertad de expresión con la agresión desmedida, pura y dura,
demasiado ruidoso y cometiendo atropellos atroces.-
Atroz,
feroz y salvaje contra los seres humanos, contra la Ley y el derecho constitucional,
la verdadera libertad de expresión, la religiosa y los sentimientos humanos más
lícitos de la ciudadanía de esta país, que los mantiene y sostiene.-
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