CAPÍTULO CLXXXVVII
VIEJA POLÍTICA.- EL
PAÍS-07-06-16
Podemos y Ciudadanos entraron acusando a la vieja
política, que como emergentes se creían todo lo malo que se decía.- Se crearon la habilidad para colgar del PSOE
y del PP la etiqueta de ‘’vieja política’’.-
Todo consistía y ha dado resultado de hacerse pronto con clientela,
teniendo en cuenta el descontento ciudadano en los partidos existentes de esa
vieja política.- El voto descontento viene, más bien por la crisis creada, que
desde dos mil once viene arrastrando recortes sociales.-
Entre la crisis, la presunta corrupción que invade
a los partidos y los ajustes y recortes, naturalmente la ciudadanía se queja
sin tener en cuenta las circunstancias que lo crearon.- Se han necesitado cinco meses, muy poco, para
que los partidos emergentes también vayan recibiendo los males de los partidos tradicionales.- La burocratización del aparato, veto mutuo en
las negociaciones para formar gobierno, capacidad de elaboración de las listas
electorales y, sobre todo, un excesivo personalismo de los respectivos líderes.-
El cara a cara entre Iglesia y Rivera en la sexta
el día cinco de junio, ha sido bronco y marcado por las salidas de tono de
ambos.- Visualizó el primitivo
envejecimiento de las fuerzas emergentes tan pronto.- Iglesias y Rivera ensalzados en un gran cúmulo
de reproches, en tan poco tiempo.-
Se pasaron el tiempo sin desgranar ninguna propuesta
constructiva –si no la tenían - Rivera se
entretuvo en cargar contra la intransigencia y la demagogia de de Iglesias.- como los tradicionalistas, a tirarse los trastes
a la cabeza.-
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