CAPÍTULO CCLVII
EL
ESLOGAN DELOS SALVAPATRIAS: Tenemos que salvar el país.- Los sofismas, incluso en política, significa
salvar al partido y después decir que van a salvar a la ciudadanía.- O sea, primero yo, después yo y cuando entre
a gobernar todo para mí.- El próximo
domingo, la soberanía popular, inconscientemente, los unos por ignorancia los
otros por fanatismo, alguien por cabreo y venganza, vamos a poner las reglas de
cuatro años de convivencia, si es que no hay que esperar otro medio año.- Queremos
ser libres e iguales.
Si la
solución que sale de las urnas requiere derribar la constitución, las reglas
democráticas y la poca convivencia existente, no tendrá la culpa el próximo
presidente, que habrá sido elegido por la soberanía popular.- Aunque es difícil, con cuatro diferentes
pensamientos políticos en lidia, predecir la equivocación soberana, eso sí, la equivocación
va a ser la del gobierno que salga, si sale, porque los políticos que nos han
tocado en suerte, mejor no ofenderlos.
El
sistema constitucional esta en esta ocasión atacado por dos frentes, el
independentismo y el populismo.- Somos
libres de expresar nuestras ideas sin restricciones ni control.- Votar a quien nos parezca y gozar del Estado
de derecho mientras exista.- Con el
imperio de la Ley hay derechos y obligaciones, o el de contribuir tributando en
función de la renta.- Una justicia
presuntamente independiente, no la de Montesquieu de mil ochocientos noventa y
siete.- Tenemos presuntamente protegida la
propiedad privad, en peligro de extinción.- La tribu populista recurren a la demagogia y utopía
blanqueando ideas.
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