sábado, 4 de junio de 2016

ESPAÑA INGOBERNABLE



CAPÍTULO   CLXXX
LA QUIEBRA DEL ORDEN PÚBLICO:  Hay que tener en cuenta que el orden perfecto no existe, como tampoco existe una sociedad perfecta ni un gobierno perfecto.-  Tampoco en el orden del sistema económico y social que le vaya bien a toda la sociedad en su conjunto, aunque pareciera bueno teóricamente, cuyo propósito es más utópico que real.-  Toda sociedad, incluso las primitivas, han organizado a través de la más o menos convivencia unas normas .-
Se organizan en torno a unas normas que salen de los convenios y se convierten en leyes para la normal convivencia de los ciudadanos que constituyen la agrupación, sociedad o el Estado.-  A lo largo de su Historia están alcanzando pactos, que consiste, en definitiva, en una norma para la convivencia pacífica y de paso para el progreso económico y social de la sociedad que constituye ese conjunto, llámese como quiera.-
Existe un margen de confianza psicológico colectivo, pero no pasa al deterioro del orden público establecido para la convivencia, ni para la quiebra de la seguridad personal, económica o social.-  No obstante, no se debe permitir el desorden procedente de la delincuencia, que en toda sociedad existe y tanto daño hace a la normal convivencia ciudadana.-  Hay revoltosos, con el nombre que quieran llamarse, que ponen en riesgo la propiedad pública y privada y el desorden en la seguridad ciudadana, alterando la convivencia.-
 Si un Gobierno pierde la capacidad de control del conjunto social, o se resiste a imponerlo por la fuerza, si fuere necesario, ese Gobierno no merece el respeto de la ciudadanía y debe abandonar el cargo en bien de la sociedad en su conjunto.-

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