CAPÍTULO C C L X X X V I I I
LIBERTAD POLÍTICA DE
LOS EMPRESARIOS.- ABC-VIR-05-03-82-P2
Al fin todos los españoles tenemos el
derecho a expresar nuestros pensamientos e ideales libremente, según lo
expresado en la Constitución, que al parecer todavía esta en vigor, con tanto
empujarle desde el lado del terrorismo y por otra parte del lado de los
‘golpistas’.-
Por tanto, el presidente de la
Confederación Española de Organizaciones Empresariales, Carlos Ferrer Salat, ha
dicho que los empresarios tienen derecho
a expresar sus ideas políticas y a defenderlas de la misma forma que lo hacen
los dirigentes políticos y cualquier ciudadanos que lo desee.-
Con la Constitución en la mano, a ver quien puede decir que este derecho
no existe.- No obstante, los
empresarios se quejan de que, desde las tribunas de las izquierdas se les niega
el derecho a la opinión y acción política de los empresarios.- Nadie sabe el por qué, a no ser que se les
ocurra que no influyan en a próxima campaña electoral.- Y es que parece que las izquierdas han
monopolizado todos los derechos políticos y las derecha no tienen que meterse
en política, ni hablar de la misma ni influir en las decisiones.-
La legitimidad del fuero político de los empresarios no necesita de
ningunas alegaciones en su favor, respecto
a los preceptos constitucionales.-
Aunque no nos referimos a ese amparo constitucional, los sindicatos
españoles, no sólo tienen directa actuación política, sino que además tienen como si fuera un carácter filial de
los partidos políticos, sobre todo los de izquierdas, bien conocido, reconocido
y asimilado por los ciudadanos.-
Siendo esto así, los empresarios se preguntan, por qué negarles, tanto a
ellos como a sus organizaciones un derecho a expresar sus ideas
políticas.- Los sindicalistas ejercen
ese derecho diariamente, y además ocupas escaños, de los partidos a los cuales
son afines, en el Congreso de los
Diputados.-
Sería incongruente que cuando
son convocados por Gobierno los sindicatos y los representantes de la Patronal
para convenir acuerdos de máxima trascendencia, como en su ocasión lo fueron
los Pactos de La Moncloa y posteriormente los actuales del ANE, resulta
curioso, que después, el no debe inmiscuirse en la política, para de esta forma
dejar el campo libre a la presión de los sindicatos, lejos de las opiniones
políticas del sector empresarial.- EL
SEÑOR Ferrer Salat no ha definido aún el apoyo de la CEOE a ningún grupo o partido político determinado, pero hay que tener en cuenta de
es difícil separar la política de la economía, porque las dos van unidas .-
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