jueves, 22 de diciembre de 2016

LOS GOBIERNOS DE FELIPE GONZÁLEZ





CAPÍTULO        L X X

COMIENZOS DEL PARTIDO COMUNISTA EN ESPAÑA.- ABC--09-09-91-
                     El cuento del comunismo es un cuento de ‘nunca acabar.-   Cuando la dictadura de Franco, se veían comunistas por todas partes, ahora en la democracia a penas son notorios.-    En Sevilla se celebró el primer Congreso  del PC, a penas implantada la República en los años treinta que inició la marginación del líder Bullejos y el ascenso del grupo sevillano de ascendencia ácrata y sindical  --  Díaz, Barreto y otros  -- .-   Durante las dos legislaturas primeras  --  el bienio ‘rojo de Azaña y azul de cedistas y radicales  --, ya dio la cara el PC, con un tanto revolucionario que no era el suyo, si no de los socialistas y anarquistas:  La revolución de Asturias.-   En las Cortes no tuvieron más que un diputado, el doctor Bolívar, por Málaga.-
                   Pero Largo Caballero que sentía  complejo, como muchos socialistas, temían pasar por tibios  y menos aficionados de Marx y envidiaban en los comunistas la autenticidad y el respaldo de la URSS, “paraíso de los pobres” , se empeñó contra Azaña y los moderados en darles puestos en las candidaturas del Frente Popular.-   Sánchez Román abandonó por eso la coalición.-   Con Largo Caballero aparecieron en el Congreso La Pasionaria   (enterrada como luchadora por las libertades), y una buena minoría que empezó a pensar en los socialistas, que cuando Azaña ofreció el Gobierno al nada comunista Indalecio Prieto, no se le autorizó a aceptar, es decir los caballeristas no le daban sus votos para formar Gobierno.-
                    Después con la guerra y la ayuda soviética  --  previa la garantía del oro que presuntamente fue a las arcas de Moscú, el PC se hizo el amo.-   Durante todo el franquismo disfrutó el PC de las ventajas de la exclusiva.-   Todos los días se descubría un complot de carácter comunista, así que parecía que media España era comunista.-   En una reunión de prensa se le preguntó al ministro, que si tanto pesaban los comunistas, y este no contestó.-   Pero en el libro de Ridruejo escrito en España, éste aseguraba no había encontrado más de cuatro comunistas en un kilómetro a la redonda.-
                    Pero la gente  pensaba que al día siguiente de desaparecer el régimen franquista, íbamos a tener comunistas hasta en “la sopa”.-   Pues se vino abajo a las primeras de cambio.-   Y  Carrillo, más listo que un lince, conocía la verdad de su exigüidad, pronto se avino  --  antes que los socialistas  --  a participar en lo que habría de venir.-   Reconoció al Rey y alzó la bandera  bicolor.-   Después la aritmética lo dejó en los huesos.-   Felipe, que también había sido víctima de la hinchazón, temía en ser un partido bisagra.-   Pero desde el primer momento se vio que el socialismo era la opción de recambio a la  UCD  y que el comunismo era una nómina a extinguir.- Y prácticamente está extinguida, salvo los que viven de ello.
                   




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