CAPÍTULO C C X X X V V V I I
A LAS DOCE Y VEINTIOCHO MINUTOS DEL DÍA
VEINTICUATRO DE FEBRERO DE 1981, SE ENTREGA TEJERO Y DEJA EL PARLAMENTO.- IDEAL-25-02.81.-
El Gobierno interino de la nación española, compuesto de secretarios de
Estado, de subsecretarios y de un representante de cada uno de los tres
Ejércitos, que ha permanecido reunido durante
a ocupación del Congreso por los ‘golpistas’, tiene, al parecer,
grabadas las conversaciones que se
mantuvieron desde el Congreso, con el exterior, entre elas las del teniente
coronel Tejero Molina.-
De estas forma, ya se sabrá quienes estaban detrás de Tejero, con
quienes hablaba para recibir órdenes, y quien era la personalidad militar que iba a ir al Congreso de los
Diputados Para hacer unas declaraciones,
seg´n lo que anunció el oficial de la Guardia Civil a poco de que
secuestraran a los parlamentarios.-
Podemos decir aquí y ahora, con gran satisfacción, que todo ha terminado
para los ‘golpistas’.- A las dieciséis
horas de la toma del Congreso de los
Diputados Antonio Tejero Molina se rindió sin condiciones.- Se hizo el único responsable de lo ocurrido
y pidió entregarse en el acuartelamiento de la División Acorazada Brunete,
número uno, El Pardo, y no quiso que se hicieran fotografías de su
salida.- Junto al capitán de navío,
Camilo Menéndez, fueron trasadados a la dirección General de la Guardia
Civil.- El resto de los guardias
civiles fueron trasladados al coegio de la Benemérita, ‘Duque de Ahumada’, de
Valdemoro.-
Después de unas negociaciones mantenidas entre el general Aramburu
Topete y el teniente coronel Tejero Molina, este último se entregó a las doce y
veintiocho minutos del día veinticuatro de febrero de 1981, terminando así la
tremenda pesadilla, que bien que pudo terminar en tragedia, para los
españoles.-
Los diputados salían del Congreso, después de una larga pesadilla,
después de un largo secuestro y retención por parte de un ‘golpista’ y las
tropas a las que tuvo acceso,que había durado desde las seis y cuarto de la
tarde del día veintitrés de febrero, hasta las doce y veintiocho minutos del día veinticuatro, después de doce horas y
trece minutos de ininterrumpido secuestro al Congreso.-
Varios diputados informaron a la Prensa
que cuando ellos abandonaban el Congreso, Tejero se encontraba en el
patio del mismo, y había comentado poco antes
de que se les autorizase a salir.-
Ustedes tranquilos, que ya pueden marcharse .- Yo ahora tendré que apechugar con
treinta cuarenta años de cárcel, que
nadie me los puede quitar.- Por fín,
los parlamentarios dejan de eastar secuestrados y es posible que algunos lleven
la marca del secuestro, en ciertas partes ocultas, que se las tendrán que
cambiar en cuanto lleguen a casa.- Las
muchas horas vividas, sobre todo las primeras, han dejado huella, que huele
mal.-
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