Buenos Días Españolo.- Qué sueños más dulces que tienes.- ¡Cómo¡ .-.
Pero ,¿Qué haces tú aquí en mi dormitorio ?.- Tú me invitaste anoche, yo no quería, pero al
fin y al cabo soy humana y de carne débil......
Con que de carne débil.- No
querrás decir que tú y yo.... Bueno,
eso, que hemos dormido los dos.....-
Anoche bebimos de esos brebajes que nos sirvió el camarero, estuvimos
hablando hasta muy tarde, y por fin nos tuvo que traer el camarero a la
habitación.- Me dejó contigo......Sí,
claro, y tú te aprovechaste de la ocasiòn, ¿no ?.- No, te has aprovechado tú, que es
distinto.- Pero yo...., yo..., debí de
estar borracho.- Y aún lo estás,
Españolo.- ¡Zas¡, me tiró una zapatilla
y desapareció en la ducha.- A través de
la mampara de separación, se podía apreciar un cuerpo desnudo, con ciertas
curvas, bien señaladas y pronunciadas..........
Me sacó de esta adivinación la voz aguda de Flor de Loto.- Españolo, me he dejado la toalla en el
dormitorio.- Si tienes la
bondad......Ahora mismo voy.- Me pongo
un batín y alargo la mano con la toalla, tratando de no mirar hacia
dentro.- Pero un tirón de mi mano me
dejó frente a frente de Flor de Loto, dentro de la ducha.- Abrí mucho los ojos, no sé si estaba
avergonzado o estaba feliz de aquel tirón que me puso en aquella
situación.- ¿No dices nada, Españolo, o
es que se comió la lengua el gato ?.-
Pues sí, tengo algo que decir .-
Pues habla, hombre, habla.- Que
eres muy hermosa, y que ..., bueno
que..., me alegro que.....- ¡Buf¡
No digas más .- ¿Me ha besado en la
boca...?.- Digo mal.- Nos hemos besado ambos mutuamente...........
Bajamos al comedor para desayunar.--
Se dirigió a nosotros el camarero de la noche anterior y nos preguntó :
¿Descansaron bien los señores?.- Nos
miramos Flor y yo.- En vez de contestar,
dimos las gracias y nos fuimos a desayunar en la misma mesa en que la noche
anterior pasamos la estupenda velada.-
Allí, uno frente al otro, mirándonos a los ojos entre bocado y bocado,
más que dos turistas en un pais extranjero, parecíamos un par de tórtolos
subidos en la rama de un árbol, buscando dónde hacer el nido.- Ni ella preguntaba nada ni yo me atrevía a
romper el hechizo que nos envolvía.-
Entonces se me ocurrió decir unos versos, si me salían, porque me había
dado cuenta de que le gustaba la poesía.-
Eres muy hermosa Flor / mi divina Flor de Loto / y yo te brindo mi
amor / de tu belleza devoto / y extasiado en tu candor.- Ella me miró largamente.- Aunque los tuve que decir en un mal francés
para que me entendiera, pero se había enterado.- Alargó el cuerpo por encima de la mesa y me
brindó sus labios.-
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