viernes, 28 de agosto de 2015

TYLLO EN MARTE

                                           RESTAURANTE TYLLO-KIOTO
               El señor Marko seguía regentando el Restaurante TYLLO-KIOTO  en la ciudad Azul, capital del Estado Rojo de Marte, donde las cosas mejoraban día a día con la entrada de Tyllo y Kioto formando parte de la sociedad.- Tyllo alternaba la dirección del Restaurante con la cooperación de los festejos en la Ciudad Roja del Desierto, donde se le consultaba todos los cambios que había necesidad de hacer.-  Igualmente, en la Ciudad Azul, Marko se atenía a las instrucciones que daba Tyllo para los cambios de programas.-
                Todos los fines de semana se hicieron famosos en el Restaurante  y, a medida que los ciudadanos de la ciudad Azul se iban enterando de la existencia de aquel Restaurante, donde los fines de semana se bebía gratis y se pagaba la comida ( salvo bebidas especiales que eran pagadas), el Restaurante Tyllo-Kioto se llenaba los fines de semana, y había que pedir varias semanas antes la reserva de mesas y comidas.-
                 La fiesta de la noche era muy animada y con espectáculos variados.-  También eran ciertas bebidas gratis, aunque se pagaba la entrada y todo lo que fuera aperitivos y productos comestibles.-  El programa diseñado por Tyllo estaba dando sus frutos y, por ende, según decía Marko, mucho dinero.- De ahí que hasta los trabajadores, empleados en las diferentes tareas del Restaurante, estuvieran contentos y sirvieran, a su vez, de colaboradores de propaganda que se extendía por toda la ciudad.-
               En las reuniones de fines de semana en el Restaurante, pocas veces faltaba el señor alcalde de la ciudad Azul, que con Tyllo y Marko formaban el trío de las noches fiesteras.-  Tyllo se lanzaba a la pista a bailar unas sevillanas, con algunas damas salidas de la Academia que había montado el año antes en aquella ciudad, donde se extendía el folklore español, nacido en la parte de Andalucía y extendido por todo el planeta Tierra.-  A quién se le podía decir que en el corazón de Marte, en la ciudad de un Estado, se bailaban sevillanas y folklore español, que había llegado la alegría andaluza.-

               La mujer del alcalde, en reunión de varias señores de la alta y gromurosa sociedad de la ciudad Azul, se divertían de lo lindo disfrutando de aquellas fiestas de fines de semana que jamás habían conocido en su país.-

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