FIESTAS POPULARES EN EL DESIERTO
Las fiestas populares en la Ciudad del Desierto se podían ver desde casi
todo el Estado y escuchar su música y atronador ruido desde medio Estado.- La ciudad estaba encantada, los ciudadanos de
todos los Estados de Marte, incluido el Estado Rojo, del cual formaba
parte la famosa Ciudad del Desierto Rojo,
disfrutaban del mayor espectáculo que habían visto nunca.- Los bebedores estaban encantados de los
gratificantes servicios y bebidas que disfrutaban, sin costarles un marko, es
decir, completamente gratis, no así los bocatas o bien combinados platos de
exquisitas comidas que pedían y que había que pagar religiosamente y por
anticipado, es decir antes de servirlas.-
Nadie podía fiarse de las
peticiones de tanta gente extranjera, que cuando salía por la puerta del local,
no se sabía si volvería y menos de donde era.-
Los numerosos camareros no daban abasto a servir a la diversa y variada clientela, que sudorosa y animada
circulaba de unos lugares a otros buscando nuevas aventuras y
atracciones.- Por la riera, las
barquillas, las motoras dispuestas a tal fin, iban y venían cargadas de pasajeros animosos y maravillados de ir y
volver al mar desde la Ciudad del Desierto, por un canal de tan caudalosas y
cristalinas aguas, que todos sabían que salían de las entrañas de las Rocosas a
una tremenda profundidad de más de un kilómetro, según se podía leer en todos
los carteles repartidos por doquier.-
Numerosos fiesteros se salían
a las afueras de la ciudad, sin poder alejarse mucho.- Rodeando la ciudad había fuerzas del orden
que no dejaban alejarse del limitado círculo establecido para los festejos,
para que nadie se perdiera en el Desierto o tuviera algún accidente.- Todo estaba previsto y bien ordenado para la
seguridad de los ciudadanos que habían llegado a las fiestas de la Ciudad del
Desierto, sin distinción del lugar de procedencia.-
El alcalde de la ciudad Azul
(ciudad del Estado), llegó a la Ciudad del Desierto a disfrutar de los
festejos, que fue recibido por el trío Españolo-Marci-Tyllo en el hotel España,
donde le esperaban.- Un poco más tarde
llegó también Marko, el socio de Tyllo y Kioto.- Quería visitar los festejos y comprobar por
sí mismo como funcionaba los inventos de Tyllo, que a ellos les fueron muy bien
en el Restaurante de la ciudad Azul.-
El Hotel España estaba completamente cubierto en cuanto a hospedajes.-
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