CAPÍTULO
CXXVII
EL HAMBRE REGRESA
A la
cantidad de pobres y nuevos pobres de este país, que han pasado por los altos y
bajos desde la abundancia y trabajo de los años dos mil --dos mil siete, hasta
dos mil dieciseis.- Sin trabajo y hundidos en la miseria, que precisan para
sobrevivir ayuda y para cubrir las más elementales necesidades.- La pobreza se ha cronificado, aunque desde
determinados ámbitos la suavicen, para que no alarme demasiado.-
Cuando el
pobre sin trabajo, sin posibilidades de alimentos para su familia, encerrado en
un círculo vicioso de miseria, oye o lee en los medios esos sueldos anuales de
tantas decenas y centenas de euros, no solo en un puesto público, sino
cubriendo varios, se pregunta para qué voy a votar.- Las elecciones son para subir al poder a los
poderosos con el voto de los pobres.
Los
pobres de este país son más pobres cada día.-
Hubo un tiempo en que aquel Empleo Público era la salvación de los
pobres, de los sin trabajo, de los marginados, de los que querían trabajar para
llevar el pan de cada día a su familia.- Al mismo tiempo que el dinero público con el que
le pagaban contribuía a revertir en un bien de la sociedad, n beneficios sociales.
Aquello
se acabó por la voluntad de los políticos de invertir en votos para mantenerse en
el poder.- Desde entonces, el paro sube y
las necesidades de los pobres son cada día más acuciantes, los cuatro, cinco o seis
millones de parados que suele haber en determinadas épocas, no puede absolverlos
la función pública.- La empresa privada que es la que está capacitada, huelga por
el desprecio de los políticos.
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