CAPÍTULO
CXXXIII
EL
POPULISMO: El populismo tiene su escuela en la calle.- Como dijo un día Manuel Fraga, siendo Ministro
de Interior, la calle es mía.- Es una
mezcla del barro del barrio y testosterona.-
Lanzan sus consignas al viento, en forma y tiempo, diciendo: ‘’no obedecer unas leyes injustas’’. Esta es la palabra que vincula al populismo
de izquierdas con el populismo de derechas,
llamado Frente Popular.- En la calle
el populista utiliza la violencia, rompe lunas de escaparates, incendia coches y
escrachea al enemigo.- El sistema suele
reaccionar con la porra y la evaluación de los daños.-
Ahora
el populismo se hace fuerte institunacionalizándose y convirtiendo su tesis en
algo más que disconformidad con el sistema.- Aprovechan las oportunidades de
los derechos del sistema para intentar llegar al poder, por lo que se
institucionalizan con pretenciones de Estado.-
Dentro de la instituciones del Estado es más fácil destruir el sistema.-
El
populismo no quiere llegar al Estado para regenerarlo.- Necesita llegar al Estado para destruirlo
desde dentro.- Se les oye decir que no
les gusta el Ejército, que la policía actuó sin piedad machacando a las masas.-
Ahora el populismo sale del barro del
barrio derecho a luchar por el poder.-
Reprochan traiciones y dramatizan los ideales.- El populismo cuando llega al poder no sirve
para ejercerlo.- Se vale de la hipocresía
redoblada y encubierta, y si pierde el poder, se va al barro del barrio de pirómano,
y vuelve a su sistema.- Lo lleva en los genes.-
El sistema no le sirve, él crea su sistema.-
EL AUTOR.
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