CAPITULO CCLXVIII
Españolo se ha fundido con
el trabajo del Desierto.- Flor le dice
que piensa más en el Desierto que en ella.-
Claro que Flor es ambiciosa en el amor y lo quiere todo y a todas
horas.- Españolo la ama mucho, pero
necesita un trozo de tiempo de expansión para su ego personal, y en estos
momentos está centrado de lleno en las Rocosas, cuyos trabajos quiere que sigan
buen ritmo y calidad, sin interrupción ni accidentes.-
La empresa ESPAFLOR—MARMA,
depende del agua que Españolo sea capaz de sacarle a las entrañas de las
Rocosas, no solo como ingeniero y espeleólogo y conocedor expedicionario de sus
entrañas, sino como propietario proindiviso de la citada empresa, como regalo
del Estado por los servicios prestados al Estado Marteño en la expedición del
Consejo Científico.-
Está dedicado en cuerpo y
alma, metido en agua hasta las axilas, con el fin de traerse al lago las aguas
que bajan por las chimeneas y desembocan en el canal de desagüe.- Los trabajadores y técnicos están realizando
los sofisticados trabajos y Españolo los supervisa personalmente a pié de obra,
sin moverse del tajo de trabajo en toda la jornada.-
Se sale al lago unos
momentos para hablar con Flor que le llama.-
¿Dónde estás mi amor?.- No sé si
decírtelo, reina, porque estoy metido en agua hasta las axilas.- ¿ Y tú qué haces metido en aguas, que te me
pongas malito, si tienes tantos hombres a tu alrededor?.- Verás amor, te explico, es que la caza de
sirenas no la puedo relegar a mis subordinados, para no pervertirlos.- ¡Serás sinvergüenza y cara dura¡.-
Cariño, no te enfades, es
como un juego que me divierte y me exita a la vez, pero cuando vaya a estar con
mi amor solo pienso en ti, porque eres la mujer que más quiero en el
mundo.- Tú lo que eres es un cara dura,
que no tienes compasión de esta mujer que tanto te quiere, que está loca por
ti, que te espera con mucho amor y más pasión, que quisiera estar ahora mismo
muy cerquita de ti.-. ¿Sabes para qué,
amor mío?.- No.- Para romperte la cabeza de un zapatazo,
mejor, con los dos zapatos.-
¿Sabes, amor?.-Soy
alérgico a los ruidos de los zapatos.-
Mejor te estás ahí.-
¡Españoloooo¡ .- Casi no te oigo,
reina, tienes que hablar más alto.-
¡uuyyyy¡.- Ahora te oigo mejor.-
Creo que ese es tu tono de voz, ensáyala mientras yo persigo a las
sirenas.- Ah, y piensa en mí, cariño,
que soy el hombre de tu vida.
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