miércoles, 20 de enero de 2016

GOLPE DE ESTADO EN MARTE


 

CAPÍTULO   CCLXII

                    La vuelta al hotel, qué satisfacción tuvo Españolo.-  Le había parecido una vida entera aquellas veinticuatro horas encerrado en aquel lago, donde perdió la vida uno de los tres de la expedición.-  Donde partieron él y el jefe del Consejo buscando una salida y estuvieron cerca de encontrar la muerte.- 

                    Marci ha organizado en el hotel una pequeña fiesta familiar, entre amigos y clientes habituales y conocidos, para hacerle los honores a Españolo, a la vuelta de su accidente en las montañas rocosas.-  Españolo estaba tan enamora que no se retiraba de Flor.-  La pareja se hicieron habituales en la pista de baile y no dejaban a la orquesta descansar.-

                     Flor le decía al oído a su amor:  ¿Sabes, Españolo, que esta noche te perdono.-.  O sea, esta noche no me matas.-  Bueno, eres tan malvado que te lo mereces.-  Pero quiero matarte de otra forma.-   Me lo imagino, tienes tus métodos propios y, además, muy sofisticados, que considero terribles, torturadores.-

                     Pues te sometes a mis métodos con mucho placer, sin decir nada, ni hacer nada para defenderte.-  ¿Sabes, amor mío?.-  Con quién me casaría si me quedara soltero otra vez?.-   Me interesa saberlo.-  Contigo.-  Noooo.-  Bueno, si no quieres no me caso.-  Quiero decir siiiiiiiiiiii.- ¿Sí?, pero si ya estoy casado contigo.-  Españolo, tengamos la fiesta en paz.-

                      Marci, que estaba bailando con su mujer Mar, se acercó a la pareja y les dijo: ¿cómo lo estáis pasando amigos?.-  Bueno, aún no se quitó el zapato.-  ¡Españolo, ¡ no me desafíes, que me quito los dos, que tengo ganas, que te lo mereces.-  Marci se alejó bailando y soltando la carcajada.-  Sois los mismos, no cambiáis.-    Españolo apretó a Flor sobre su cuerpo, ella alzó sus ojos azules y lo miró sonriente, y pegó su cuerpo al de su marido como si fuera una lapa.-  Los dos se besaron apasionadamente.-

                        Habían parado de bailar paras besarse, el público rompió en palmas, que cada vez abundaban más.-  Flor respiró y le dice: Españolo, más, y su marido volvió a besarla largamente ante las miradas atónicas de los presentes, que no sabían cómo aguantaban tanto sin respirar, ni que estuvieran bajo agua.-  La orquesta dejó de tocar.-  Españolo enlazó a su amada por la cintura y la sujetaba tan fuerte, que Flor no sentaba los pies en suelo.-   Se dirigieron al ascensor y desaparecieron sin mirar hacia atrás.-  Ya en el ascensor, Flor le dice a su marido:  soy muy feliz, yo también.

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