CAPÍTULO CCLXXIV
El presidente volverá la
próxima semana, Marci, porque quiere comprobar todos los trabajos del
Desierto.- Al fin y al cabo es el jefe
principal de todos los trabajos.- Lo que
significa que tú eres el segundo de abordo.-
Así es amigo Marci, y tú eres el tercero, ya te convertiste el día que
me quedé encerrado en el lago.- No
continúes alargando hasta que le des esos dos metros que te he dicho, que no
van a hacer falta, pero hay que trabajar para el futuro.- Que nunca digan si hubieran subido.- Te
comprendo.-
Hola amor, estás con las
sirenas?.- No, cariño, estoy con una
rubia.- Comprendo, lo tuyo son las
rubias y las sirenas, y a tú mujer que le den solita.- No cariño, que estoy contigo siempre, todas
las noches y con el pensamiento todos los días.- Tú eres la única mujer de mi vida, la que me
ha dado la felicidad, la que me ha comido el entendimiento, la sensibilidad y
la razón.-
Toda esa fantasía que me
cuentas es verdad, Españolo?.- Si todo
es verdad, soy la mujer más feliz del universo.- Se cumplen todos mis sueños, mis ambiciones,
mis proyectos, mis sueños, mi felicidad. Mi futuro.- Pero hay algo que no me convence,
Españolo.- Como qué mi reina?.- Tú afición por las rubias y las sirenas, y yo
ni soy rubia ni sirena.-
Ah, solo es eso?,. Sí, sólo eso me preocupa.- Pues no lo puedo evitar, porque cuando vengo
al Desierto siempre hay una rubia esperándome.-
Ya sabes, que aquí se está muy aburrido con solo hombres y hasta un poco
feos.- ¿Cómo me voy a pasar sin echar
una miradita?.- Y claro, detrás de esa
miradita se viene la rubia, que no entiendo por qué lo hace.- Yo apenas soy visible ni tengo gracia para
ligar.- Son ellas las que me ligan.-
Has acabado,
Españolo?.- Ah, sí, lo siento, no quería
que lo supieras, pero ya está dicho.- Y
muy bien dicho que está, frescales, golfo, mujeriego, sinvergüenza.- No sé por qué me enamoré de un play-boy sin
entrañas ni corazón, sin sentimientos, sin sentido del amor, de la dignidad, de
la caballerosidad.- Has terminado de
patear mi dignidad de mujer, de amorosa mujer, de cariñosa mujer, de enamorada
mujer.-
Pero amor mío, si solo es
una peleílla sin importancia.- No te
pongas tan trágica.- Cuando vaya esta
noche lo discutimos los dos entre besitos y caricias y ya verás que bien te
sientes, como siempre.- Estoy deseando
que llegue la noche para dejar la rubia
e irme contigo.- Nooo, no vengas, gandul, mujeriego.- ¡Te
odio¡
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