AL COLEGIO
Después de tantos días sin clases, por culpa del trabajo, por fin
vuelvo a ir Al colegio otra vez, no se hasta cuando, porque depende de la ayuda
a los trabajos del campo.- De momento,
padre se lleva el ganado y se va solo a trabajar, hasta que el abuelo esté en
otras condiciones.- A mejorado mucho en
estos días de reposo y se está recuperando paulatinamente.-
La abuela no se retira de él un momento.- Don Eskeban que lo ha visto varias veces dice
que son crisis pasajeras, pero de de mucho reposo.- La pulmonía que cogió en la humedad de la
cueva en el tajo de la Villa Vieja, y que no se pudo curar a tiempo, le ha afectado
seriamente los bronquios, y será su muerte algún día afixiado.-
Yo regreso a las clases, y el
maestro dice que me pongo pronto al día con los compañeros con los que estaba
días atrás.- En la escuela, todos los
que estaban a un mismo nivel aproximadamente, ocupaban el mismo banco de
asientos (pupistre), así los clasificaba el maestro.-
Los más adelantados del colegio ocupaban los
bancos de primera fila, y la escritura la hacíamos por un dictado del
profesor.- Solo éramos una media docena,
entra los que estaba el Músico, el mayor en años de la clase, otro hijo de Akastasio,
nieto del Pokero, un chico que vivía con Pedro de la Kresneda, hijo de la mujer
segunda, y un servidor que faltaba mucho a clase, por culpa del trabajo, pero
que era el menor de edad.-
El profesor ponía para nosotros
los adelantados de la clase, cuatro problemas en la pizarra, y sacaba a cada
uno a que los resolviera.- Si alguno
fallaba y lo resolvía mal el suyo, echaba en suertes para que otro lo
resolviera.- Así nos hacía trabajar
delante de todos.- El que no resolvía
bien pasaba la vergüenza en la clase, porque otro se lo tenía que resolver.-
Muy inteligente su actitud para
hacer aprender al grupo primero de la clase.-
Antes de salir, dictaba otros problemas para que los lleváramos a casa,
y los trajéramos al día siguiente.- A mí
las dos cosas que más me gustaban eran los dictados de escritura y las
matemáticas.- En los dictados siempre
sacaba menos faltas de ortografía que los demás, se me daba bien.- El maestro me decía que era por lo mucho que
leía y le ponía atención a las palabras escritas en los libros.-
Era verdad que me gustaba aprender ortografía
y en los libros se aprende, poniendo cuidado en las palabras que lees de difícil
ortografía, que es lo importante.- El maestro
me animaba prestándome libros.- El Lazarillo
de Tormes me lo lei varias veces y me gustaba, pues yo estaba también de lazarillo,
pero distinto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario