MAESTRO DE ESCUELA Y
MÉDICO
Un día se presentó don Estekan con un maletín
y un libro en casa.- El libro me dijo
que era un regalo para mí.- Me ilusionó mucho, porque en la escuela nos
hablaban de este escritor muy famoso, pero yo desconocía sus obras.- En casa no había dinero para comprar libros.-
Mi abuelo me regaló una enciclopedia de
tercer grado, para estudios de bachiller.-
Pero don Esteban traía otra misión, además de
regalarme el libro, me dijo que tenía que desnudarme que me iba a realizar un
reconocimiento, médico.- Él mismo me
desnudó mientras me iba diciendo: Yo soy
médico de profesión; hice la carrera en la Ciudad Roja y estuve ejerciendo cierto tiempo, pero la hice
por exigencias familiares, para que no se cortara la tradición familiar.- Mi abuelo era médico y mi padre médico.-
Pero
a mí me gustaba la literatura igual que a ti.-
Así que después ,me dediqué a la enseñanza y vine a pegar a este
escondido rincón de Marte, donde caí en medio de ese rojerío que hemos padecido
varios meses.- Mientras hablaba me
estaba reconociendo con unos aparatos que sacó de un maletín.- Me iba tocando con la punta de los dedos toda
la columna vertebral, la cervical, toda la cabeza.- Me volvió boca arriba y me registro todo el
cuerpo.- Por último me tomó la
tensión.- Tenia un bloc donde iba
haciendo anotaciones y garabatos que yo no entendía.-
Me dice que soy un hombre de suerte, porque
el golpe pudo haber sido para morir o lo que es peor, para quedar en una silla
de ruedas para toda la vida.- Tienes
varios huesos afectados en la cervical, del golpe que te dio el Tuerto y lesiones graves también a lo largo de la
columna vertebral y el sacro afectado.-
En estos momentos con la guerra no se puede operar, pero te pondrás bien,
y será pronto, aunque tendrás problemillas óseos a lo largo de tu vida.- He ahí todo lo que pudo hacer un médico en el
reconocimiento, pero al menos me indicó lo que tendría toda mi vida.
Cuando se fue el maestro me dijo
mi abuelo que comentó con don Estekan que estaba en cama con los dolores que
padecía desde el golpe que me dio el Tuerto, y se prestó a visitarme, como médico,
por eso me sorprendió la visita del maestro en casa y estando yo en la cama.
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