LOS ENFERMOS SE
LEVANTAN
El
domingo nos levantamos el abuelo y yo.-
Me levanté e inducí al abuelo a levantarse, porque se lo iba a comer la
cama.- Nos sentamos en la puerta, y los
vecinos se paraban con nosotros a preguntarnos por la mejoría.- A la hora de
comer el abuelo estaba más animado.-
Pero por la noche no se atrevió a ir a la reunión en casa Píor.- Padre y yo fuimos a escuchar los partes y por
los los periódicos todos los que Pío traía de varios partidos.- Antes de la guerra yo no había leído tantos
periódicos.- Solo alguno de vez en
cuando.- En el tiempo de la guerra me
hice periodista
Y la
radio no la había escuchado nunca, era para mí una novedad nueva, a la que ya
estaba habituado por las circunstancias de la guerra.- Tampoco había leído tantos periódicos, es
decir, tantas marcas, ni sabía que existían hasta que Pío comenzó a traer de
todos.- Cada día me alegraba más de
saber leer lo suficientemente como para enterarme de lo que leía.-
Recuerdo
lo que decía Manolike, que él sabía leer, pero que no se enteraba de lo que
decían los periódicos.- Las palabras,
las frases, los giros y las oraciones, todo era un lío que se le atragantaba y
no lo digería bien.- El Maestro decía
que yo debí de nacer leyendo y mi abuelo se reía del dicho.- El pobre estaba orgulloso de que yo le leyera
los periódicos y le explicara las cosas que no entendía.- Y es que desde que nací empecé a leer y
escribir Ls Robles decía que el abuelo oía con mis oídos y leía con mis ojos,
él se reía y se ponía coloradito.- Tu
nieto es todo para ti Marciano, se te conoce en la mirada, en la sonrisa, en
todos tus movimientos.- En realidad yo
era su lazarillo, aunque no el de Tormes.-
Recuerdo que leí la novela y me pareció de una picaresca tremenda.- Era la unión del truhan y el déspota.- Recuerdo cuando les dieron uvas, mientras las
comían se engañaban
Cuando
acabáronse las uvas dice el ciego: Tú te
has comido las uvas de tres en tres, y contesta el lazarillo: porque lo
sospecha vuecencia?.- Porque yo las comí
de dos en dos y no dijiste nada.- Una
novela digna de leer, me dijo don Estekan cuando me la prestó, verás cómo te
gusta.- Claro que me gustó, y creo que
cuando pasen algunos años la volveré a leer.- Su autor, desconocido, tuvo que
ser un genio de la inspiración y el lenguaje.-
Se aprende mucho leyéndola.- Se
aprende leyendo de todo, porque el leguaje, su aplicación, la limpieza
gramatical y pulcritud, es periodista.
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