viernes, 13 de noviembre de 2015

MIS RECUERDOS DE LA GUERRA EN MARTE

LAS ÚLTIMAS FRUTAS-

          El abuelo explicó al maestro la situación para que me dejara el día libre.-  Yo lo sentía, no solo por las clases, que sí me gustaba asistir a ellas, también por esa comida del medio día tan apetitosa que nos servía la cocinera.-  La cocinera era la mujer de un republicano, Sambo, la cual tenía otros cuatro niños y su situación económica era muy delicada.-  El jefe de la Falanje que era el que disponía el comedor, le dio ese trabajo para remediar, en parte, su situación, que era insostenible
            Yo muchos días ahorraba el chusco de pan que me daban para comer y me lo llevaba a casa.-  La cocinera me vía y se reía.-  Yo lo escondía en la bolsa de los libros.-  Había unas órdenes muy estrictas, no se podía sacar nada del comedor, con letreros por todas las paredes.-  Pero más de un chico se arriesgaba, sobre todo los mayores, como Músico y de Serote, Criskobillas, Laukeano,  Anaskasio, Malo, Chakuetillas, y un sinfín de chicos mayores que yo que iban a la escuela, desde que los falankistas pusieron los comedores.- Igual que los rojizos, que robaban solo para ellos.-
              Existía un grave problema, porque el pueblo había sido saqueado y no quedaba nada, salvo algunos nidos como el que hizo el abuelo en el pajar para poder subsistir.-   Pero igualmente pasaba en las Haciendas, que también los habían saqueado, e incluso el ganado se lo llevaron.-  Los hacendados, como los llamamos, también habían construido sus nidos para poder comer.-  Mucha gente lo hacía, cuando se enteraban que los rojizos se lo llevaban todo, pero lo que cada cual escondía era suyo y no robaba a nadie.-  Sin embargo los rojizos sin haberlo trabajado se lo llevaban por la fuerza de las armas.-  Por la fuerza del miedo que infundían cuando llegaban a las casas amenazantes.-
         Marciano Marteño, Marci para la familia y amigos, escribía en su despacho, en los ratos libres cuando lo dejaban, la historia de la guerra en Marte cuando era niño y vivia con su abuelo, una guerra sangrienta en la que luchaban frente a frente hermanos contra hermanos, o padres contra hijos.-  Fraticida, mientras los políticos pregonaban sus victorias en los frentes de batallas, como si fueran ellos personalmente los que ganaban las batallas jugándose la piel.-  Marci, un chiquillo en aquella época, de los más cultos de su tiempo, vivió un infierno que recordaría toda su vida.-  Ahora, ya con tiempo y serenidad, quería dejar constancia de la realidad.


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