domingo, 29 de noviembre de 2015

MIS RECUERDOS DE LA GUERRA EN MARTE


NUNCA COMPRENDI A MI PADRE

 El que no comprendiera a mi padre no significaba que no lo quería o que lo odiara.-  Él odiaba a Prako y lo demostró.- Pero en la familia nadie lo odió a él.-  Solo que no estábamos de acuerdo en sufrir las consecuencias funestas de su incomprensible odio.-  Prako nos daba la posibilidad de tener médicos gratis y cobrar, y subsidio por cada hijo, que al menos era una ayuda en aquellos tiempos.-

Yo, con la desgracia del golpe que me dio con la escopeta el Tuerto en la cervical que me destrozó la columna dorsal hasta con un pinzamiento lumbo-sacro que me dejó, necesitaba asistencia médica de vez en cuando.-  El abuelo, con una pulmonía incurable, que le llevó a una situación asmática incurable y acortó la vida y también una calidad de vida, también estaba sufriendo las consecuencias de un odio infundado.- 

Toda la familia sin médicos y sin dinero para costearlos, todos pidiéndole al padre que aceptara el seguro social.-  Una familia que iba creciendo en viejos, necesitaba asistencia médica y desgraciadamente no existían medios económicos para pagarse los médicos.-  Pero el odio era más grande que el amor a la familia.-  Más bien se trataba de una cabezonería sin fundamento, pero el daño a unos hijos y a unos padres era de consecuencias funestas.-

Su propio padre, con temporadas en cama.-  Una casa de mayores donde siempre había alguno enfermo.-  Él mismo con una úlcera de estómago permanente, la madre que la tuvieron que operar de un pecho y tuvo que buscar diez mil reales que tardó más de veinte años en pagar, la enfermedad permanente suya y la de su padre.-  Los consejos de sus familiares y amigos para que aceptara  el seguro de, que le beneficiaba hasta para su jubilación.-

Todo fue inútil, la familia e incluso el futuro suyo no significaban nada para él.-  En casa la tensión era demasiado honda entre el hijo y los padres.-    En aquellos tiempos solo se pensaba en que había que comer para subsistir.-  Nadie pensaba en zapatos, trajes u otros artículos que no se consideraban de primera necesidad.-  Si alguien caía enfermo, que Dios lo salvara.-

A veces pienso, que al igual que hicieron mis abuelos y mi madre, que se fueron a la tumba con este secreto y el sufrimiento de las consecuencias, yo que era el único conocedor del por qué y de todo lo acaecido, he debido hacer igual.-  Pero mi deber ante la memoria de aquellos que sufrieron unas circunstancias injusta igual que yo, me hace reaccionar, igual que siempre me lo hizo y no pude hacer nada por evitarlo.-  Qué Dios nos perdone a todos, porque nadie somosjustos.

 

 

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