jueves, 12 de noviembre de 2015

MIS RECUERDOS DE LA GUERRA EN MARTE

TERROR ANARKISTA

              Es terrorífico lo que trae hoy este periódico, en su páginas seis, siete y doce.-  En ciertas partes de de Ekremakura y los sitios dominados por el gobierno de la República, los sacerdotes asesinados, y algunos crucificados en olivos, postes de teléfono y de la electricidad, así como en las paredes de las iglesias, conventos y cementerios.-  Con las bayonetas mutilando varias partes de sus cuerpos.-  Cuando se lo a mi abuelo se estremeció y me hizo prometer que no se lo diría a la abuela.-  Mi abuelo se echó a llorar y yo lo calmaba diciéndole que eso estaba lejos.-
           Pero él me dijo que lo que temía es que mi padre estaba entre ellos.-  Pero él no hace esas canalladas abuelo.-  Mi padre es bueno y no puede torturar y asesinar.-  Que Dios te ayude a conservar tu inocencia.-  En la página doce del citado diario Liberal, relata las opiniones de la Prensa extranjera y demás medios de difusión, que dice que el terror rojizo se ha instalado en España y que está cometiendo atrocidades pavorosas contra personas honradas, pacíficas y sobre todo inocentes.-
           Sobre todo los salidos de las cárceles se están ensañando con los religiosos, sometiéndolos a una peligrosa persecución que siempre acaba con la vida de algunos.-  Mi abuelo me dice que hemos tenido suerte de que los rojos huyeran del pueblo y no volvieran más.-  De haber tardado más tiempo la falanke en tomar el pueblo, yo estaría muerto en aquella cueva y vosotros seríais débiles ante los tiempos que se avecinan.-  Tú eres fuertesito, hijo, pero estás enfermo del trancazo que te dio el Tuerto,  qué sería de tí.-  No quiero ni pensarlo.-  No pienses en eso abuelo.-
         Pero los dos teníamos las lágrimas a punto de estallar y por fin salieron a flote.-  Mi abuelo, siempre que llorábamos, era con bastante frecuencia, me cogía entre sus brazos como si quisiera protegerme de algo o de alguien.-  Y yo lo comprendía.-  Mi madre, mi abuela,  yo tenía alguna noción porque me obligaban las circunstancias y vivía el día a día con mi abuelo, que sin mí a su lado no era nadie el pobre, sordo y analfabeto y en plena guerra, y, además, perseguido para asesinarlo.-  ¡Qué horror¡.
           Marci, cuando tocaban en la puerta dejaba de escribir y metía en un cajón la historia que estaba escribiendo de’’ MIS RECUERDOS DE LA GUERRA EN MARTE’’. La familia, todos sabían que la estaba escribiendo y le animaban, pero escribir recuerdos necesita soledad y tranquilidad.



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