sábado, 31 de octubre de 2015

MIS RECUERDOS DE LA GUERRA


EN LOS ÁRBOLES

                    Mar se subió en mi rama también y se tapaba detrás de mí, allí camuflados esperamos hasta que llegó un grupo de barbudos, entre los cuales había cuatro hombres, muy morenos del sol del verano y seguro que también de los trabajos del campo, desconocidos para nosotros, porque serían de aquellos campos, y sólo conocíamos a la gente del pueblo y muy pocos del campo.-  Los desataron y los pusieron a cavar, en la parte de abajo del cementerio.-  Entonces es cuando Mar se echó a temblar y se agarraba a mí.-  ¿Quieres que nos vayamos, nena?.-  Si, Marci, si eres tan amable, quiero irme.- Si sigo aquí me voy a caer del árbol o puedo gritar
                    Bajemos con cuidado de no formar ruido.-  Una vez en el suelo nos fuimos tapados con los árboles, hasta que llegamos a la realenga que llevaba a pasar por las casas del Pecacho.-  Íbamos despacio, bajando por la cuesta, camino abalo, nos encontramos una patrulla de los de la del pueblo, que ya nos conocían.-  Preguntaron que de dónde veníamos.-  Mar dijo, que a esperar por si venía su padre con la pipirrana.-  Bueno, tener cuidado, que hay muchos perros sueltos.-
                    Yo me dije que peores perros que ellos no podrían ser, pero hay que callar.-  Mar, sería mejor que llegáramos a mi casa y después te llevo, porque tu madre nos va a preguntar dónde estuvimos tanto rato, y cuando vaya mi abuelo por la noche le pregunta y él puede decir que sí.-  Estás en todo, Marci, por eso eres tan inteligente, dice mi madre.-  Mar fue bien recibida en la casa, y nos sentamos a la sombra en la puerta.-  La abuela hizo dos refrescos con unos papelillos que decían en el letrero, refresco.-  Huy, son como los que hace mi mamá, dijo Mar, claro los compramos allí.- 
                      Estábamos saboreando el refresco y sonaron tiros, la abuela salió y dijo qué será eso, nosotros nos pusimos muy serios y nos encogimos de hombros.-  Terminamos el refresco y dije que iba a llevar a Mar.-  Mi madre la dijo que saludes a tu madre en mi nombre.-  El camino se nos hizo pesado porque había muchos hombres escopeteros (como yo decía), pero nadie se metía con nosotros.- María muy conocida en la tienda y yo muy conocido en los paseos con el maestro.-   Llegamos a la tienda y Antonela dijo que estaba preocupada.-  Dónde habéis estado, Marci?.-  Señora estuvimos en mi casa.-  No me mentirás, verdad?.- Yo no miento, señora.-
                  

                      

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