EN LOS ÁRBOLES
Mar se subió en mi rama
también y se tapaba detrás de mí, allí camuflados esperamos hasta que llegó un
grupo de barbudos, entre los cuales había cuatro hombres, muy morenos del sol
del verano y seguro que también de los trabajos del campo, desconocidos para
nosotros, porque serían de aquellos campos, y sólo conocíamos a la gente del
pueblo y muy pocos del campo.- Los
desataron y los pusieron a cavar, en la parte de abajo del cementerio.- Entonces es cuando Mar se echó a temblar y se
agarraba a mí.- ¿Quieres que nos
vayamos, nena?.- Si, Marci, si eres tan
amable, quiero irme.- Si sigo aquí me voy a caer del árbol o puedo gritar
Bajemos con cuidado de no
formar ruido.- Una vez en el suelo nos
fuimos tapados con los árboles, hasta que llegamos a la realenga que llevaba a
pasar por las casas del Pecacho.- Íbamos
despacio, bajando por la cuesta, camino abalo, nos encontramos una patrulla de
los de la del pueblo, que ya nos conocían.-
Preguntaron que de dónde veníamos.-
Mar dijo, que a esperar por si venía su padre con la pipirrana.- Bueno, tener cuidado, que hay muchos perros
sueltos.-
Yo me dije que peores
perros que ellos no podrían ser, pero hay que callar.- Mar, sería mejor que llegáramos a mi casa y
después te llevo, porque tu madre nos va a preguntar dónde estuvimos tanto
rato, y cuando vaya mi abuelo por la noche le pregunta y él puede decir que
sí.- Estás en todo, Marci, por eso eres
tan inteligente, dice mi madre.- Mar fue
bien recibida en la casa, y nos sentamos a la sombra en la puerta.- La abuela hizo dos refrescos con unos
papelillos que decían en el letrero, refresco.-
Huy, son como los que hace mi mamá, dijo Mar, claro los compramos allí.-
Estábamos saboreando el
refresco y sonaron tiros, la abuela salió y dijo qué será eso, nosotros nos
pusimos muy serios y nos encogimos de hombros.-
Terminamos el refresco y dije que iba a llevar a Mar.- Mi madre la dijo que saludes a tu madre en mi
nombre.- El camino se nos hizo pesado
porque había muchos hombres escopeteros (como yo decía), pero nadie se metía
con nosotros.- María muy conocida en la tienda y yo muy conocido en los paseos
con el maestro.- Llegamos a la tienda y
Antonela dijo que estaba preocupada.-
Dónde habéis estado, Marci?.-
Señora estuvimos en mi casa.- No
me mentirás, verdad?.- Yo no miento, señora.-
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