EL MANIFIESTO DEL
GENERAL AZUL
Los más graves delitos se
comenten en todas las ciudades, pueblos y campos.- Las fuerzas del Orden permanecen
acuarteladas por el gobierno Rojizo y les corroe la desesperación leyendo las
noticias del anarquismo establecido en Marte, sin que el gobierno se
estremezca.- Ciertas noticias señalan
que hace caso omiso.- De esta forma están
asesinando, saqueando y robando el anarquismo revolucionario por todo el Estado
marteño.- Pero solo lo hace contra las
fuerzas contrarias al gobierno, como ocurrió el trece de julio con el líder de
los Azules asesinado-
El Ejército de Marte y de
las demás instituciones -- continuó el
general Azul -- están siendo calumniados
y atacados, detenidos algunos jefes que se quejan del estado en que las hordas
invaden el Estado Marteño.- Entre tanto,
los estados de excepción y alarma solo sirven para amordazar al pueblo y que no
se entere del caos.- Nada ha conseguido
el gobierno, ahí están las revoluciones de algunos Departamentos, quebrantando
la Constitución.- Los reinos de Taifas
de la izquierda.-
Yo me quedé dormido en
los brazos de mi abuelo, pero él siempre me estaba contando cómo iban los acontecimientos
del Estado y de la Guerra Civil ya declarada.-
Los dos estábamos muy unidos.-
Los hombres jóvenes tuvieron que ingresar en el Ejército republicano por
citación del gobierno popular que mandaba.-
Pero yo siempre estaba entre las
conversaciones de los mayores, que generalmente eran todos viejos, porque los
jóvenes se los llevaron a la guerra.- Me
enteraba de todo, y lo que no entendía me lo aclaraba mi abuelo.- Se decía que en la capital del Estado, Ciudad
Roja, se luchaba calle por calle, e
incluso casa por casa, entre el anarquismo y las fuerzas unidas a los
nacionales Azules.- Rojizos y nacionales
estaban matándose sin querer saber por qué.-
Padres contra hijos, hermanos contra hermanos, vecinos y amigos de toda
la vida enfrentados por la política, me decía mi abuelo.- Desde entonces odio la política, porque me
daba cuenta a mi corta edad, que los mítines que daban no concordaban con los actos que realizaban a
diario.- Además, tenía un maestro que me
decía muchas cosas que yo no comprendía.-
¿Qué por qué los políticos decían una cosa y hacían otra?.- El maestro me contestaba que lo que les
interesa era el poder y no los ciudadanos.- Se llama demagogia.- ¿Utopía?.-
Sí.- Empecé a odiar esas dos
palabras y a los políticos que las utilizaban como camelo para los votos.
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