miércoles, 28 de octubre de 2015

MIS RECUERDOS DE LA GUERRA

LOS ROJIZOS DEL PUEBLO

                    Todos los días había reunión de gentes en la plaza del pueblo.-  Habían saqueado la Iglesia y quemado sus ornamentos en el patio, aquella era la humareda que asomaba al final de la calle.-  En la nave que dejaron vacía iban depositando todos los robos de sus saqueos y andanzas por las casas de los campos que recorrían.-  Traían también ganado que le buscaron alojo en un extenso patio que tenía la Iglesia, que la habían convertido en algo que decían, el economato de la Casa del Pueblo, donde iban a llevarse los artículos para las necesidades diarias, solamente los afiliados a los partidos de izquierdas, e incluso la carne del ganado que sacrificaban.-
                  De vez en cuando traían hombres atados, que los capturaban en los campos y se los llevaban en vehículos, de los que nunca se supo nada de haber aparecido.-  En el Departamento se libraban duras batallas entre los AZULES y los ROJIZOS, y por las noches teníamos que dormir con las ventanas cerradas por temor a las balas.-  Las batallas dentro de la ciudad eran de noche, cuando los Azules atacaban  para tomar el pueblo y desalojas a los Rojizos, que en realidad eran un conjunto de siglas no entendibles.
                Mi padre entraba por la mañana y se acostaba y al anochecer se iba y mis abuelos se quedaban llorando.- Yo siempre pegado a mi abuelo también lloraba y me acurrucaba cuando sonaban losa tiros, que prácticamente eran a media noche cuando arreciaba el tiroteo.-  Los perros del barrio aullaban como si les pegaran, y mi abuelo decía que anunciaban muerte.-  La vida era un infierno y nadie podía salir ni entrar en la ciudad, porque si salía sin permiso de los dirigentes rojizos era fusilado, y si entraba de incognito y lo pillaban, era fusilado también.-
                  Mi abuelo no salía nada más que por agua a la fuente y con un permiso especial para que los controles lo dejaran pasar.-  Los vecinos de la calle y del barrio se reunían de día a comentar los acontecimientos de los que tenían conocimiento, pero con miedo y vigilancia para que no los pillaran hablando los vigilantes que deambulaban permanentemente.-  De vez en cuando llegaban por la fuerza de las armas a registrar las casas por si se escondían a gentes contrarios a sus ideales.-  En las casas solo había mujeres, niños y viejos.-  Y en los registros llevaban implícitos los saqueos, robos y latrocinios, dejando a familias enteras hambrientas y sin nada.-



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