domingo, 25 de octubre de 2015

TYLLO EN MARTE


NENE-TYLLO EN LAS FIESTA

                   Kioto que  tiene muchas ganas de conversación con el joven le explica que las fiestas de la ciudad, que se van a inaugurar vacacionalmente, fueron preparadas en principio para el recibimiento de la familia Tyllo, se entiende como inauguración de la temporada.-  Anticipadamente la ciudad está llena de turismo de todo el Estado y bastante, como todos los años, de los Estados marteños que ya conocen y otros que vienen a conocer la ciudad virgen y el Desierto Verde.-
                     Eres el vivo retrato de tu padre en los tiempos que yo lo conocí.-  El chico, bastante inteligente, quiso aprovechar la oportunidad que se le presentaba para hacer preguntas a Kioto sobre la vida de ambos y sus desavenencias.-  Si, comprendo, pero hay algo que me gustaría preguntarle.-  Adelante hijo, y disculpa por lo de hijo, pero si estuve casada con tu padre podrías ser mi hijo.-  Y por qué se divorciaron.-  Un grave silencio se hizo con aquella pregunta.-  No conteste si no quiere
                    Después de un pequeño lapsus de tiempo, Kioto se decide y habla.-  No nos divorciamos, yo abandoné a tu padre.-  Decirte que lo he pagado y lo seguiré pagando mientras viva es poco, pero es lo que me merezco por abandonar al hombre más bueno, inteligente y honrado de todos los que he conocido.-  Mi carácter, del que me arrepiento cada vez que hago daño, y en este caso el daño me lo hice yo también, porque estaba muy enamorada de tu padre.-  Cuando el chico alzó la vista para mirar a Kioto vio correr por sus mejillas torrentes d3e lágrimas.-
                       El abuelo que estaba pendiente de aquella conversación, se acercó a la Nene-Tyllo, que con la cabeza baja parecía reflexionar.-  Al oír las palabras del abuelo alzó la mirada y se encontraba solo, porque Kioto había desaparecido como si se la hubiera tragado la oscuridad del fondo del pasillo.-  Algún problema hijo?.-  Ninguno, abuelo.-  Me pareció que Kioto estaba a punto de caer desmayada y por eso me acerqué.-  Ha estado muy enferma y dudo que la enfermedad que le afectó tan gravemente  haya desaparecido por completo.   Abuelo, tú conoces muy bien a toda la familia, y sobre todo a Kioto que fue tu socia.-  Qué puedes decirme?.-  Que es la mujer más desgraciada que he conocido y sólo por su culpa, por su altivo carácter, y por su ego particular.- Gracias.



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