ALCALDE, CUIDADO CON MI TITA
A la hora de despedirse, cuando llegaron a
la ciudad, Mar-R y su sobrino se quedaron en el Hotel España y el chico, fiel a
su carácter burlón, le dice al regidor: alcalde, cuidado con mi tita, que te
estaré vigilando.- Oye, chico, me
permites que le eche una miradita?.-
Hombre, si es desde lejitos, sin acercarte mucho, no existe
peligro.- ¿Verdad tita?.- Déjalo ya que se vaya, que me habéis dado
una tarde entre los dos, de ole.- Bueno,
adiós alcalde, ya puedes irte.- ¿Puedo
decirle a mis amigos que el alcalde de la Ciudad Roja es mi futuro tito?.- Puedes.-
Mar-R llamó a los amigos
de la ciudad del Desierto para decirles que llegaron bien, pero que la
conquista por el camino quien la hizo fue su sobrino al alcalde.- Me han dado una tarde que me he reído de lo
lindo, los dos burlándose uno del otro a costa de nuestros amores.- El chico tiene cosas de mayor y el regidor se
ha divertido igual que yo.- Los
encargados del Restaurante y el Hotel respectivamente me han dado las noticias
de que todo ha marchado sin ningún problema.-
NeneTyllo está muy
aburrido por haberte llevado a tu sobrino, dice Rosana.- Tienes que comprenderlo amiga, que yo no
puedo viajar sola con este señor que solo nos hemos comunicado de amoríos una
vez y delante de vosotros.- Yo lo he
comprendido, Mar-R y me alegro que lo hayas hecho así.- Tú sabes las cosas de los chicos que no
entienden nada más que los han dejado solos.-
Sí, comprendo Rosana, pero mañana te lo mando en los autobuses que van a
esa ciudad.- Te lo agradezco amiga,
porque el nene no conoce aquí a nadie y se aburre.-
Y el fin de semana
siguiente me voy en los autobuses yo también.-
Pero, y si te llama el alcalde para que te vengas con él?.- Le digo que ya estoy en la ciudad veraneando,
pero como comprenderás yo no me arriesgo a las críticas.- Sé que él no intentará propasarse, pero a lo
que le temo no es a él.- Como tú sabes,
yo soy una persona muy conocida, por circunstancias de mi trabajo desde hace
muchos años.- Me conoce media ciudad y
lo que es peor, en toda la ruta que llevamos.-
Y loo que me preocupa no es que toque donde no debe, sino habladurías
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