EL DESPERTAR DE LOS NOVIOS
Ya era hora dormilones,
corearon a vos pópuli todos los componentes del Clan Familiar que estaban
reunidos en el salón del hotel sobre las doce del día.- Haber si es que no puede uno tomar parte del
día para dormir un poco después de pasar una noche en vela, comenta Marciá aún
bostezando.- Mar-R aparece un poco
pálida y ojerosa, pero con el semblante radiante de felicidad y con el estado
de ánimo que en ella es característico.-
Me da la sensación de que estáis esperando a que hagamos acto de
presencia, no para servirnos algo que sería lo justo, si no para hacer unas
inhumanas críticas, comenta el alcalde sentándose.- También me lo imagino yo así, cariño, suelta
Mar-R muy ufana dando la razón a su marido.-
Caramba, salta Españolo, siempre he oído decir que cuando dos duermen en
el mismo colchón se vuelven de la misma
condición, pero en este caso acabáis de estrenar el colchón.-
Entran en el salón los
bellos durmientes, niños mimados por la diosa fortuna que nacieron con los pies
hacían delante y una cruz en el cielo de la boca, al menos eso dice el refrán
de los niños bien.- Sonrientes y mimosos
se presentas, besucones con los suyos, un poco flojitos de temperamento, pero
con un gran apetito que demostraron cuando les sirvieron el suculento
desayuno.- El abuelo Markoni, se sienta
al lado de Junior y comienza una conversación en tono bajines, para que sólo
ellos lo oyeran.- Flor de Loto iba a
decir algo al respecto, pero miró a Mar-R que estaba junto a su retoño
familiar, y sólo dijo, ¡que aproveche¡.-
El alcalde dice
socarronamente: para esto acaba uno de casarse, para mirar a su alrededor y no
encontrar a su costilla.- La familia
coreo la risa al ver que Mar-R aceptó el golpe y dejo a su niño solito.- Se sentó al lado de su esposo y le soltó unos
cuantos besos diciéndole: aquí está tu
costilla mimosa y disculpándose por ese gran abandono que he cometido dejando
sólo a mi esposo por cinco minutos.- Nuevas
risas porque Mar-R supo reaccionar con postura y humor a las puyas de su
esposo.- En estos momentos de recién
casado, cinco minutos es una eternidad cariño, y le devolvió los besos con
algún rédito añadido.-
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