MARIO, SOBRINO DE MAR-R
Mario llegó otra vez a la
ciudad del Desierto Verde y NeneTyllo se puso muy contento.- Rosana le preguntó que tal hicieron el
viaje.- Mario se explayo en descripción
de los detalles y de lo bien que se lo pasó dialogando con el regidor, que dijo
estaba muy enamorado de su tita.- La
miraba por el retrovisor y nos iba a matar por la carretera.- Mi títa se quejaba que dejaba de mirar para
conducir y nos íbamos a dar un batacazo.-
Y en el parador fue terrible, porque se sentó frente a mi tita y no
dejaba de mirarla.- Hasta que le dije:
alcalde, que la vas a desgastar. Él se
reía conmigo y decía que yo era un chico muy listo, pero oye, es que hay que
ser tonto para no darse cuenta de sus miraditas.-
Bueno, terció NeneTyllo,
nos vamos a conocer bien el pueblo, que yo solo me aburro y lo que es peor es
que los chicos de esta ciudad me miran como si fuera un bicho raro.- Mario, le dice Rosana, que no os metáis en
líos, ni en peleas con otros chicos.-
Estarían listos los chicos de esta ciudad metiéndose con dos cinturones
negros.- Pero ellos no lo saben y podéis
salir magullados, no quiero peleas, quiero que seáis buenos chicos de
veraneo.- Que los ciudadanos digan de
vosotros que sois unos chicos modelo y lo habéis demostrado en esta ciudad.-
La ciudad estaba
vestida de fiestas, en galardonada por todas partes.- Muchas flores, música saliendo de los
salones, espectáculos callejeros puestos por los organismos públicos para
animar a los visitantes.- En las
cafeterías había música del lugar y mucha animación de los ciudadanos
divirtiéndose.- Coches de caballos, un modelo español que había puesto Españolo
y que era muy aceptado por los ciudadanos y por los extranjeros que visitaban
la ciudad del Desierto verde.- El
turismo nacional ocupaba la mayoría del año los oteles y animaba la ciudad con
su presencia,. El turismo extranjero
era más bien en la época vacacional, cuando se desbordaba y lo ocupaba todo
quedaba la ciudad desierta a las seis de la mañana y al medio día volvía a resurgir
con nuevas energías.- Españolo, como
Gobernador de la ciudad, había puesto una policía con cuatro turnos de seis
horas.-
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