LOS DOS CHICOS DE LA CIUDAD ROJA
Cuando llegaron al
hotel a descansar los dos chicos, solo estaba de guardia Manu.- Eran las ocho de la mañana y pronto se llenaría
el salón del Hotel de gentes para desayunar.-
Durmieron siete horas seguidas y
ni Mario que dormía en la habitación de su tita se despertó cuando ella se
levantó.- Rendidos completamente de una
noche de baile, de hacer amigas y de deambular de unos sitios a otros dentro de
la feria.- Ahora sabía Nene-Tyllo que estaba vigilado día y noche y
los motivos por los que un joven de su categoría social necesitaba la
custodia.-
Mientras que
desayunaba hablaba con el abuelo en marteño, de lo que su madre que estaba
acompañándolos en la mesa no sabía mucho.- Discúlpame mamá que tengo un examen
de lengua cuando vuelva.- Estás
disculpado cariño, pero ella sabia, por palabras sueltas que conocía, que le
estaba explicando al abuelo la fiesta de la noche anterior.- El abuelo se reía y le daba consejos que se
los pedía el chico.-¿Sabes Nene?, creo que has tropezado con la olma de tu
zapato y me parece muy bien el camino que llevas, sin reproches.-
Abuelo, esto solo son
ilusiones, soy muy joven y tengo por delante una inmensa tarea que resolver en
mi vida.- De qué se trata cariño?.- Abuelo, mis carreras, no olvides que llevo
dos, que son muchos estudios, que además me paso horas en la oficina de informática
tomando clases de sistemas, porque quiero ser lo que es mi padre.- De esa
forma, chico, serás algo que jamás se podría soñar si llegas a conseguirlo..- Lo conseguiré y le daré a mi padre la alegría
más grande de su vida el día que consiga dos títulos universitarios.-
Rosana que estaba
enterándose de todo se le saltaron las lágrimas.- Mamá, por qué lloras ahora que podemos ser felices.-
Lloro de felicidad, porque tengo un hijo que es un regalo de Dios, acordándome
de dónde vengo y de lo que era cuando tu padre me conoció.- Mamá conozco la historia, que me la has
contado varias veces y estoy orgulloso de los lo que has sido y de lo que eres
y, mamá, también de lo que serás.-
Cuando Nene terminó de hablar se dio cuenta de que su padre estaba al
lado y también lloraba y el abuelo les acompañaba.- ¡Os quiero y lloró¡
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