lunes, 26 de octubre de 2015

TYLLO EN MARTE

                               FIN DE LAS VACACIONES DE KIOTO-MANU

                     Las vacaciones llegaron a su fin y esperaban irse con Mar-R para la Ciudad del Desierto Verde, donde pasarían sus últimos días en unión de toda la familia.-  Por su parte el regidor estaba dando las órdenes oportunas para irse el fin de semana con su reciente y al parecer conquistada novia.-  Como dice el refrán, cada loco con su tema y yo con el mío.-  Mario silbando y dándole carrete a su tita todo el día tras de ella.-  Pero Mario, es que no tienes otra cosa que hacer, te pongo a trabajar, que aquí todo el que come trabaja.-  Pero tita, es que tengo que estudiar, no quiero suspender.-  Ya, lo de siempre, y tú estudias tras de mí.-
                          Bueno, te dejo y me voy a estudiar, pero que te conste que no me voy por la amenaza del trabajo, porque tú sabes que yo soy un buen trabajador.-  Vaya si lo sé, cariño, como que te he criado desde que tenías veinticuatro horas recién nacido que me entregaron tu custodia, por petición mía.-   Jo, tita, cuanto te debo, no podré pagarte nunca lo que has hecho y lo que estás haciendo por este pobre deseredado de toda fortuna, y con solo el cariño tuyo, que es el más grande del mundo.-
                       MARIO, ven.-  Sabes que te quiero como si fueras mi hijo, o más, y no te sientas solo en el mundo mientras viva yo, porque para mi lo eres todo.-  ¿Aunque te cases y tengas hijos?.-  Es que tú ya eres mi hijo, y si viene alguno, que no vendrá eres el mayor de mis hijos, el primogénito.-  Sabes que te adopté, que llevas mis apellidos como si fueras hijo de madre soltera y no por eso has perdido los apellidos de tu madre que eran igual a los míos.-  Tu nombre es el de tu padre.-
                         Es muy pronto, hijo mio, pero te prometo que la sabrás por mi boca algún día.-  Lo que si te prometo es que no tienes nada de que arrepentirte  de ser hijo de Mario, de no ser así tú no llevarías su nombre.-  Entonces por qué no llevo el apellido de mi padre si no tiene ninguna desonra.-   Es una triste historia que yo te contaré, pero dame un abrazo, hijo, y se abrazaron largamente en presencia de los empleados del Restaurante, que se les saltaron las lágrimas, por conocer la historia.




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