lunes, 26 de octubre de 2015

TYLLO EN MARTE


TODOS A LA CIUDAD VERDE

                      El viernes por la tarde media ciudad salía al campo a respirar aire limpio y dejar de sentirse atrapado en unas manifestaciones y otras.-       La ciudad la habían tomado el rojerío y y sus amigos antisistemas y otras organizaciones al margen de la ley, en verdaderos campos de lucha por el poder, cayera quien cayera.-   Unas cosas verdades, otras mentiras, y otras injusticias, el diccionario era tan asqueroso que ya daban náuseas de que durara tanto la verborrea callejera.-
                        Respirar aire puro de los campos abiertos y el aroma de las plantas y flores, es lo que a los ciudadanos de las ciudades les importaba cuando llegaba un fin de semana.-  Aun con la crisis guardaban para comprar el combustible suficiente para desaparecer del agotamiento callejero, de los mítines fuleros y bochornosos de esa oposición que nunca supo estar sin meter la mano, y ahora chilla y fuerte.-   Media ciudad olía a mierda y a basura putrefacta, y los defensores de los obreros (en teoría), se desgañitaban callejeando y acusando al gobierno de los trapos sucios que ellos mismos les dejaron.-
                        Nos vamos, dice Mar-R después de comer al medio día. comida que por cierto no se la perdió el regidor, invitado o no, que nadie lo sabía, pero que él se encontraba en todas y a todas horas.-  No podía tener queja Mar-R de un amor platónico, que no la dejaba ni pie ni pisada, ni le quitaba ojo y las manos porque se lo había prohibido la novia hasta que se firmara el protocolo matrimonial.-  Mar-R tenía un gran carácter, una buena cultura, un excelente trabajo y un pasado amoroso que le dio mucha experiencia.-
 Y ese hijo que adoptó de su hermana en el lecho de la muerte que era para ella toda su vida y todo su amor.  Nos vamos alcalde, que el camino es largo y a mi tita no le gustan las carreras.-  Desde el Hotel ESPAÑA, donde tenían vehículos y equipajes salieron Kioto y Manu, Mario y los dos tórtolos enamorados, a los que vigilaba Mario como si fuera un guardaespaldas.-  Ya de camino y como el chico no callaba un momento, le dice el novio.-  Chico te contrato de guardaespaldas.-  Acepto si siempre estoy a tu lado y pagas bien.-




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