domingo, 25 de octubre de 2015

TYLLO EN MARTE

NENE-TYLLO Y EL ABUELO MARKO

                      Es asombroso abuelo, si hijo, sí, lo que se tiene cuando eres alguien en la vida y lo que se desea cuando no eres nadie.-  Bonito y tal vez famoso refrán, abuelo.-  Cuando yo llegue a ochenta años tendré mucha experiencia de la vida, porque siempre se ha dicho, lo oigo muy a menudo, que la universidad de la vida enseña más de la vida que todas las universidades.-  Claro, tú deseabas decirme que tengo ochenta años, ¿verdad?.-  Los dos reían a mandíbula batiente cuando llegó el camarero con algunas viandas de las que habían pedido.-
                       Bueno, jovencito, mientras que hacemos un brindis, que yo creo que lo merecemos para recuperar fuerzas y nos traen el menú pedido, ¿Me puedes decir de aquellas dos bellas, hermosas y despampanantes chicas cual de ellas.-  Pero, abuelo, cómo has acertado sin que te diga nada.-  ¿Sabes, Nene-Tyllo? Es que tengo ochenta años.-  Toman un trago y vuelven a reir mirando al tendido, sin dirigirse a ningún lugar determinado, aunque el joven ya lo tenía localizado.-
                        No hace falta que me digas cuál de las dos.-  Por qué abuelo.-  Porque te gustan las dos.-  Pero la vida no es para precipitaciones, teniendo en cuenta que a veces lo que uno se cree que más le gusta  y le interesa resulta que con el trato es lo que menos le conviene y que estaba equivocado.-  Buen comentario, abuelo y buena enseñanza.-  Cuando tenga ochenta años se lo diré a mis nietos.-  Coinciden sus risas con la vuelta a la mesa del camarero y les dice que parece que se lo pasan bien.-   Sí, es que mi nieto me cuenta sus chistes de joven y a los mayores lo que nos sobran son años.-
                       Pedo asegurarte, Nene-Tyllo, que vas a tener unas fiestas muy divertidas, alegres, satisfactorias e inolvidables.-  Apuesto que lo estás leyendo en los ojos de alguna de las jovencitas que me están envolviendo en su despampanante belleza.-  Lo leo en tu cerebro que se dispara y retrocede y vuelve a dispararse, Lo leo en tus ojos, tu mirada, tu sonrisa, tu felicidad, tu ilusión.-  Porque aquellas damitas lo único que miran es a un heredero guapo y simpático, atractivo y educado, bueno y cariñoso que las haga felices en la vida sin estrecheces.-  Solo por eso son capaces de todo lo que les pidas, con sus defensas al principio.-



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