lunes, 26 de octubre de 2015

TYLLO EN MARTE

                                                  Mar-R Y EL ALCALDE

                      MARIO, ese sobrino de Mar-R que hablaba más que un papagayo,  se dirige al alcalde y le espeta:  No tendrás queja regidor, porque tienes a tu lado a mi tita, que te mira y no te mira, sin embargo tú no le quietas ojo de encima, para que no se te escape.-  MARIO rompió el silencio que se hizo después de las presentaciones. Todos riyeron las expresiones del chico y su tita se puso un poco ruborizada, a pesar de conocerlo y estar habituada a sus salidas de tono.-  El alcalde parecía el más nervioso y ruborizado.-  Así que Mar-R optó por tomar la iniciativa y como anfitriona propuso el brindis antes de empezar a picar.-
                          La orquesta del Restaurante empezó a tocar unas melodías propias y los menús y las bebidas comenzaron a desaparecer de las mesas, mientras los diligentes servicios de comedor se aumentaban en el ritmo necesario de las peticiones.-  Kioto estaba muy contenta en aquella reunión, a pesar de los antecedentes  anteriores cuando era propietaria.-  Manu no le quitaba ojo de encima, aunque había otro señor que le doblaba en vigilancia, el regidor que comía más con los ojos que con la boca, y su menú favorito era Mar´R.-
                        Mario, el sobrinito espabilado, le dice a su compañero de la derecha, anfitrión invitado, que no quitaba ojo a Mar-R, come chico, que te vas a quedar sin comer por mirar a mi tita.-  Pero a que paga la pena, verdad?.-  Otra vez que se ruborizó el alcalde y casi se atraganta con el bocado.-   Mario le toca con el codo y le dice: pero no te aturrulles chico, que esa es para ti, te la recomiendo, y seguro que no encontrarías otra más guapa y más completa.-  Lo que se dice una mujer de una vez.-
                           Ahora la que se atragantó fue la señora Mar-R, que miró a su sobrino sin saber si reñirle o echarse a reír.-  Pero los acontecimientos se adelantaron y todos en grupo riyeron la salida de tono de Mario, que no callaba, y Mar-R y el regidor se miraron y reían a mandíbula batiente.-  Este chico, es un caso, dice Mar-R. que no se le escapa una y pilla volando hasta las que no se ven.-  Pero bueno, que hacéis ahí como pasmarotes riyendo, con ese pasodoble tan bailable, dice Mario.-



            

No hay comentarios:

Publicar un comentario